Por Psicóloga Andrea Velasco Casazza
Para la mayoría de los padres, tener a sus hijos en la mejor escuela se vuelve algo prioritario. Pero además de la preparación académica también se les debe dar bases desde casa; un valor que hay que enseñarles a temprana edad y seguir fomentando a lo largo de su vida es la empatía.
La empatía brinda la capacidad de no sólo entender a quienes viven alrededor, sino también comprenderlos y apoyarlos. Si se logra sembrar esta cualidad en los niños, cuando éstos se encuentren en etapa adulta serán personas capaces de trabajar en equipo y enfrentarse a los problemas con determinación.
Una de las maneras más sencillas para ponerla en práctica al interior de casa, es comenzar a respetar los sentimientos y necesidades de los pequeños; porque recuerden que el ejemplo es el que enseña, así que a los padres es a quienes toca aplicarla y los niños lo aprenderán poco a poco.
Cada vez que el niño realice algo malo o cause daño a alguien, no dejen pasar el problema, mejor conviértanlo en una oportunidad más de enseñarles empatía aplicando estas 3 preguntas:
- ¿Cómo crees que se ha sentido tu amigo al que has perjudicado?
- ¿Cómo te sentirías tú si te lo hubiera hecho él?
- ¿Qué puedes hacer para solucionarlo? (Es muy importante orientar al pequeño al dar esta respuesta para que se encuentre la mejor solución y dejar que la aplique; que no se quede sólo en la plática).
De esta manera, el niño aprenderá a identificar los sentimientos de sus semejantes y a ser consciente de sus actos y consecuencias; a identificar el valor que tienen los demás para él en el día a día (reconocer que necesita de los demás) y mantener buenas relaciones; además de que podrá ser capaz de encontrar una solución a los problemas que se le presenten al paso de los años.
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