Por ing. Hernán Hernández
En cualquier unidad residencial, las instalaciones eléctricas deben reunir tres principales características: seguridad, eficiencia y fácil mantenimiento. Por lo anterior, se requiere un conjunto de elementos capaces de evitar sobrecargas, cortos o calentamientos en los sistemas eléctricos.
El proceso de funcionamiento de los aparatos electrodomésticos en el hogar inicia en los interruptores termomagnéticos, que se encargan de proteger el circuito derivado y entregar la energía junto con los conductores a los contactos para que éstos, a su vez, queden listos para suministrar energía a los equipos que se pretenden usar; a todo esto se le conoce como circuito derivado.
Sin embargo, cuando el circuito derivado no se realiza de manera óptima, es decir no se calcula adecuadamente, puede causar daños como sobrecargas o cortos en las instalaciones.
Los usos incorrectos más comunes del sistema eléctrico, y que generan sobrecargas o cortocircuitos, son:
Conectar en un solo contacto muchos electrodomésticos por medio de extensiones, lo que produce sobrecargas y ocasiona que el interruptor termomagnético se desconecte constantemente para proteger el circuito, acción para la que está diseñado.
Dejar que las instalaciones eléctricas tengan contacto con el agua. Los contactos en lugares húmedos deben ser de tipo especial o contar con accesorios para ser instalados en lugares húmedos o expuestos al agua, muy diferentes a los de tipo residencial normal que se conocen habitualmente. Los contactos (receptáculos) que se encuentren en las cercanías de zonas húmedas a menos de 1.5 m (en el caso de una cocina: la tarja), deberán ser del tipo de protección contra falla a tierra.
Usar accesorios metálicos, como chalupas y cajas de empalme. A diferencia de los accesorios de materiales plásticos, los metálicos podrían provocar daño en los aislamientos de los conductores al momento de cablear, lo que constituye un riesgo para la instalación.
Sustituir protecciones sin actualizar el circuito derivado. Ésta es una de las malas prácticas más frecuentes debido a que con el aumento de la carga instalada la protección se activa constantemente y los electricistas no capacitados ven la solución más sencilla en el cambio del interruptor termomagnético, sin verificar la demanda de energía de la carga y el cableado existente. Es importante recalcar que la función principal del interruptor termomagnético es proteger el circuito; al cambiarlo se deja sin protección al circuito, lo que representa un peligro de incendio.
Otra acción muy común que podría volverse peligrosa es que cuando se tiene una cantidad considerable de cables de alimentación de los equipos o aparatos eléctricos, la gente los organiza enrollándolos y amarrándolos con cinturones de plástico o cinta de aislar; recuerda comentarles a tus clientes que en el mercado existen opciones como Poliflex ranurado para organizar estos conductores, evitando accidentes por tropiezos.
LO QUE SÍ DEBE HACERSE
Para evitar la utilización de extensiones. La norma exige la instalación de receptáculos cada 1.80 m; en la cocina pide un receptáculo específico para el refrigerador y otro para la lavandería.
Además, se requieren receptáculos suficientes para todos los pequeños aparatos que suelen ocuparse en una cocina, como lo marca el Art. 210-52.
Conocer el consumo de cada artefacto. Existen algunos aparatos que son de alto consumo y preferiblemente deben estar en contactos de circuitos independientes para evitar las sobrecargas; generalmente se encuentran en la cocina y áreas de lavado, por lo que requieren mayor atención por parte del instalador. Algunos de estos aparatos son: secadoras de ropa, lavadoras, refrigeradores, hornos de microondas, procesadores de alimentos, batidoras, planchas, entre otros.
Evitar cortocircuitos en la desconexión de las clavijas. Y es que una mala práctica por parte de los usuarios es jalar el cable de alimentación para desconectar los aparatos eléctricos. Lo correcto es acercarse hasta la clavija del aparato y retirarlo con las manos. Para disminuir el riesgo de cortocircuito por esta acción, los contactos siempre deben estar instalados firmemente a la chalupa para evitar el movimiento en los cables de alimentación y que puedan aflojarse.
Si el contacto presenta chispas en el momento de conectar o desconectar un aparato, o bien presenta falsos contactos, debes desenergizar el circuito desde la protección termomagnética y llevar a cabo una revisión, para proceder -si es necesario- a la sustitución del contacto.
Verifica que toda la casa cuente con el conductor de puesta a tierra para que, en caso de descargas, éstas se conduzcan de manera adecuada; que los contactos estén correctamente polarizados; y coloca placas ciegas en las salidas que no estén en uso para evitar que los niños puedan jugar con ellas.
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