Por: Psicóloga Andrea Velasco Casazza
Cuando hablamos de miedo escénico nos referimos a una reacción de ansiedad que se da cuando una persona debe realizar algún tipo de actividad frente a un público, ya sea hablar, cantar, actuar, etcétera. En algún momento todos nos hemos enfrentado a una situación en la que debemos presentar una clase o un proyecto a un público desconocido y esto nos aterra.
El miedo escénico puede expresarse mediante muchos y variados síntomas, e incluso llegar a desencadenar ataques de ansiedad. Las manifestaciones más habituales son: Sudoración, mareos, tensión muscular, confusión, dificultad para concentrarse, tartamudear, trabarse, quedarse en silencio y un intenso deseo de evitar la situación o huir de ella.
A continuación te brindamos algunas herramientas que puedes poner en práctica para evitar el miedo escénico y lograr controlarlo:
Sé tú mismo. Esto te ayudará a actuar de una manera más relajada y te sentirás con mayor confianza.
Llega temprano. Preséntate con anticipación, para conocer el lugar y aclarar cualquier inconveniente. Te sentirás con mayor control si la sala está vacía cuando llegues, que si ya está repleta de gente.
Piensa positivamente. Concéntrate en todo lo que puede salir muy bien, en todos los beneficios que te proporcionará la actuación, en lugar de darle vueltas a todo el miedo y la ansiedad que puedas sentir.
Ten en cuenta a tu auditorio. Mientras creas y practicas tu presentación, ten en cuenta las necesidades, los conocimientos, y las expectativas del público. Estarás menos nervioso si sabes que serás capaz de llegar a las personas que te están escuchando.
Practica. Practica frente a tu familia y amigos para acostumbrarte a actuar frente al público. Parte del miedo a actuar viene de pensar que olvidarás tus líneas y no sabrás qué hacer. La mejor forma de evitar que eso suceda es familiarizarse con ellas tanto como puedas.
La próxima vez que tengas que presentarte en público, sigue estos consejos y seguramente lo harás con mayor seguridad
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