Por: Ing. Hernán Hernández
Mantener una iluminación adecuada conforme al tipo de trabajo aumenta la productividad hasta en un 20 por ciento y reduce las bajas laborales, según un estudio realizado por los científicos holandeses Wout van Bommel y Gerrit van den Belt.
La iluminación también determina la seguridad laboral, ya que los cambios bruscos de luz o de brillos pueden cegar al trabajador, incrementando el riesgo de accidentes.
El patrón es el responsable de mantener un nivel de iluminación adecuado. Entre sus obligaciones más importantes está el contar con los niveles de iluminación en las áreas de trabajo o en las tareas visuales conforme a la Tabla 1 de la NOM; efectuar un reconocimiento de las condiciones de iluminación de las áreas y puestos de trabajo; contar con un reporte del estudio elaborado para las condiciones de iluminación; informar a todos los trabajadores sobre los riesgos que puede provocar un deslumbramiento o un nivel deficiente de iluminación; practicar cada año exámenes de agudeza visual, campimetría y de percepción de colores a los trabajadores que desarrollen sus actividades en áreas que cuenten con iluminación especial; así como elaborar y ejecutar un programa de mantenimiento para las luminarias del centro de trabajo, incluyendo los sistemas de iluminación de emergencia.
Niveles de Iluminación para tareas visuales y áreas de trabajo
Los niveles mínimos de iluminación que deben incidir en el plano de trabajo, para cada tipo de tarea visual o área de trabajo, son los establecidos en la Tabla 1.
CONFORT LUMÍNICO El confort lumínico se refiere a la percepción a través del sentido de la vista. Se hace notar que el confort lumínico difiere del confort visual, ya que el primero se refiere de manera preponderante a los aspectos físicos,
fisiológicos y psicológicos relacionados con la luz, mientras que el segundo principalmente a los aspectos psicológicos relacionados con la percepción espacial y de los objetos que rodean al individuo.
En el confort lumínico intervienen tres parámetros fundamentales:
• La iluminancia o cantidad de energía luminosa que incide sobre una superficie; se mide en lux (= 1 lumen/m.). Aunque el ojo humano puede apreciar iluminancias comprendidas entre 3 y 100.000 lux, para poder desarrollar cómodamente una actividad necesita entre 100 lux y 1.000 lux.
• El deslumbramiento provocado por la excesiva diferencia entre las energías radiadas por los cuerpos en función de lo iluminados que estén.
• El color de la luz, consecuencia del reparto de energía en las diferentes longitudes de onda del espectro: para tener una buena reproducción del color, la luz ha de tener energía suficiente en todas ellas. La sensibilidad más alta del ojo humano corresponde al color amarillo-verdoso.
CALIDAD Y CANTIDAD DE LUZ
Suele asumirse que si se provee una cantidad suficiente de luz, según algunas normas, se puede desarrollar cualquier tipo de trabajo; sin embargo es necesario considerar la calidad de la luz además de la simple cantidad. La calidad se relaciona con las características de iluminación que facilitan la visión. Normalmente todas estas características están interrelacionadas.
El ojo percibe los objetos gracias al contraste definido como toda diferencia cualitativa o cuantitativa de luz percibida en un campo visual. Es decir que es necesario que existan diferencias de color, iluminación, luz y sombra, etcétera, para poder percibir cualquier objeto. A mayor contraste, mayor diferenciación entre los objetos; sin embargo, el excesivo contraste en un espacio puede ocasionar deslumbramiento, debido a la gran diferencia de iluminación entre la fuente lumínica y el espacio circundante; por ejemplo, cuando se tiene una ventana pequeña con una gran iluminación exterior y pobre iluminación en el interior, la ventana se convierte en una fuente de deslumbramiento.
La pupila se ajusta automáticamente a los cambios de luz, aunque cambios bruscos en los niveles de iluminación pueden provocar, además de una sensación muy desagradable en ocasiones acompañada de dolor, lesiones en el sentido de la vista, a veces transitorios y otros permanentes.
La eficacia visual aumenta proporcionalmente con el incremento de la iluminación, esto se da de manera más marcada con niveles bajos de iluminación y no es tan significativo con niveles altos.
Además de los aspectos fisiológicos mencionados anteriormente, tanto la calidad como la cantidad de luz tienen importantes impactos psicológicos sobre el individuo. El tipo de luz, ya sea natural o artificial, y su intensidad, afectan directamente la percepción del medio ambiente y por lo tanto tiene repercusiones en el estado de ánimo y en general en muchas respuestas de la persona.
Esto es solamente una parte referente a los niveles de iluminación en centros de trabajo, en el futuro se retomará este tema tan importante para la productividad laboral.
La norma que indica las condiciones de iluminación en centros de trabajo es la NOM 025 STPS 2008, documento en el que se encuentran los valores mostrados en este artículo.
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