Texto y fotos: Secretaría de Turismo de Lagos de Moren
Caminar por las calles y plazas del centro histórico de Lagos de Moreno resulta además de grato, un paseo de arte y cultura, resaltando la conservación de su patrimonio, motivo por el cual fue declarado Zona de Monumentos Históricos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Está rodeado de gentiles cascos de haciendas, que en la actualidad fungen como hoteles, spas, o casonas de las familias que heredaron el semblante de la agricultura y la ganadería, que con la misma pasión y entusiasmo con que se coronaron durante los siglos XVII y XIX, hoy se siguen conservando en su esencia y mantienen la magia de la colonia.
Conserva además la vanguardia de estos mágicos y acogedores monumentos históricos que son cuna de la charrería y que en sus lienzos abrazan la oportunidad de practicar el emblemático y brillante deporte nacional.
¿SABÍAS QUE?
Antes de la llegada de los españoles, Lagos de Moreno estaba poblado por indígenas chichimecas y caxcanes. El 31 de marzo de 1563 fue fundada la población por Hernando de Martel, con el nombre de Santa María de los Lagos. El 11 de abril de 1829 por decreto se le dio el nombre de Lagos de Moreno, en honor al insurgente Pedro Moreno.
Tierra de héroes patrios, artistas y escritores recordados por su valentía, Lagos de Moreno recibió el nombramiento de Pueblo Mágico el 16 de noviembre de 2010.
Si a sabores referimos el plácido gusto culinario, es grato enlazar la cultura mestiza donde se reflejan manjares que nutren la algarabía del ser con sus exquisitas “pacholas” o el “mole de arroz” que sazona la festividad del pueblo con la delicada y casera combinación artesanal, así como la emblemática “birria tatemada” de borrego, chivo o becerro, o el “pozole rojo” que origina un suculento goce a los paladares.
El auge de la herencia histórica en las familias laguenses, ha participado de la esplendorosa vocación económica y cultural al obtener de sus actividades ganaderas, los mejores y más suculentos quesos y lácteos, fruto de la transformación de la leche.
Sentir la mística del conocimiento y enorgullecerse de las tradiciones, han dejado en el alma de los pobladores el color, los sonidos y el movimiento de las memorables fiestas de los arcos, que andan por los caminos del recuerdo de San Miguel de Buenavista y su distinguido San Hermión con su descanso sobre laterales de la majestuosa Parroquia de la Asunción, que cobija con el par de agujas que rasgan el cielo estableciendo el estrecho vínculo con Lagos de Moreno.
A fallezcas de marzo, nace el espíritu provinciano en el corazón de México que hoy se recuerda con los paseos, exposiciones y conferencias que hacen recordar su aniversario e inmortalizan el recuerdo de sus orígenes. Vale destacar que el que habita en lo alto de la Atenas de Jalisco se viste de púrpura en señal de honor y fiesta en los empapados días de agosto, que hace recordar la fe en el Principal, desahogando nuestras desconfianzas en la “bajada” y la “subida” que protagoniza Nuestro Padre Jesús del Calvario.
En los antiguos barrios que conformaron los tlaxcaltecas rebosan la tradición indígena y colonial que reúne las hermandades, y al atardecer del año se viste de luces nocturnas y adorna al templo de coloridas flores y rinde honor a la Madre de los pobladores: Virgen de la Concepción. En el deslumbrante centro histórico del Patrimonio de la Humanidad, Lagos de Moreno motiva el arte y la cultura con los museos que visten el arte sacro de la colonia y las colecciones que enaltecen la Rinconada de Capuchinas en su inspirador Museo Agustín Rivera. Movimiento, luces e inspiración artística visten el majestuoso Teatro Rosas Moreno de arte neoclásico-afrancesado que origina la expresión de almas con su bóveda artesanal rematada en pinturas históricas.
El roce de los sonidos alegran los corazones cuando se escucha: Pueblito donde se ama, con un cariño sincero.
La novia tras la ventana, llena de ilusión el alma…
¡Lindo Lagos de Moreno!
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