El pasado 1 de enero entró en vigor la tercera fase de la NOM 028-ENER-2010 Eficiencia Energética para lámparas de uso general. Con ello, se completó la reducción gradual en la comercialización de lámparas de baja eficiencia energética. Concretamente, la NOM estableció el retiro de las lámparas ineficientes de 100 watts en diciembre de 2011, las de 75 watts en diciembre de 2012 y, por último, las de 60 y 40 W en diciembre de 2014, dando un gran paso para avanzar en la transición a tecnologías de iluminación más eficiente en todo el país.
La adopción de este tipo de tecnologías constituye uno de los mecanismos más rápidos, efectivos y relativamente baratos para incrementar la eficiencia energética en los países y reducir las emisiones de bióxido de carbono a la atmósfera.
A pesar de ello, a nivel mundial no se le ha dado toda la atención que merece.
Hasta ahora, la mayoría de los países –incluido México– ha concentrado sus esfuerzos en el incremento de la generación de energía en detrimento de la promoción de una mejor utilización de la infraestructura ya existente, mediante la eficiencia energética.
En México, el sector doméstico representa una oportunidad de ahorro de energía eléctrica considerable. Esto debido a su contribución al consumo total de energía eléctrica del país, que equivale al 25%. De este porcentaje, tan sólo la iluminación representa un 26% (Sener, 2013). Basta imaginar cuánto ahorro se generaría si todos los hogares en el territorio contaran con lámparas que consumen hasta 75% menos de energía.
Sin embargo, la adopción de nuevas tecnologías conlleva sus dificultades. Una de las razones que explican el retraso de la transformación del mercado de iluminación para hacerlo más eficiente es que, si bien el uso de lámparas de alta eficiencia trae importantes ahorros para los usuarios, su precio es superior al de los focos incandescentes. No obstante, debe considerarse que, a pesar de la diferencia de precios, el uso de lámparas fluorescentes compactas autobalastradas redituará en un importante ahorro económico debido al menor consumo de energía y a su tiempo de vida superior.
HACIA UNA NUEVA TECNOLOGÍA
Para apoyar la economía de la población en el tránsito hacia esta tecnología, se han implementado en años recientes programas de acompañamiento para sustituir focos incandescentes por lámparas fluorescentes compactas.
Con estos programas se estima que en nuestro país se colocarán cerca de 100 millones de lámparas fluorescentes compactas autobalastradas en menos de 10 años, una cifra que sin el acompañamiento difícilmente podría alcanzarse.
PROGRAMA AHÓRRATE UNA LUZ
El Programa Nacional de Sustitución de Lámparas Incandescentes por Fluorescentes Compactas Autobalastradas en localidades de hasta 100,000 habitantes, está destinado a 8 millones de familias mexicanas que habitan en localidades que no fueron beneficiadas en los programas anteriores (Programa Luz Sustentable I y II, así como el Programa Piloto).
Tras la experiencia obtenida en el Programa Piloto, se determinó que la distribución de las lámparas se realice a través de las Tiendas DICONSA en poblaciones menores a 100,000 habitantes de los 32 estados de la República Mexicana.
Este programa es un esfuerzo coordinado de la Secretaría de Energía, encargada de su planeación, control y supervisión; la Comisión Federal de Electricidad, que proporcionó la información para elaborar el padrón de beneficiarios; DICONSA, que distribuirá las LFCA a través de su red de tiendas en el país; y FIDE, que actúa como operador del programa.
El uso de lámparas fluorescentes compactas autobalastradas redituará en un importante ahorro económico debido al menor consumo de energía y a su tiempo de vida superior.
Información tomada de la Revista Eficiencia Energética del FIDE, número 5, edición Enero-Marzo.
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