Por D.G. María del Carmen Ruíz Cruz Coordinadora del Programa Casa Segura®
En México existe una problemática silenciosa que avanza y que produce graves daños debido a las instalaciones eléctricas obsoletas e ineficientes. A pesar de las acciones puestas en marcha por el gobierno y la industria, las instalaciones eléctricas continúan operando sin cumplir al 100% las condiciones mínimas de seguridad que marcan las Normas Oficiales Mexicanas, tanto en productos como en instalación y mano de obra.
En el país se estima que existen 32 millones de viviendas particulares habitadas de acuerdo con la Encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 98.7% de ellas cuentan con electricidad. Actualmente, esas casas o departamentos, sean de construcción nueva o ya existente, no cuentan con una evaluación que determine las condiciones de su instalación eléctrica, por lo que su protección y la de su patrimonio son vulnerables ante cualquier situación de emergencia. Hoy existen viviendas, tanto nuevas como en uso, que son construidas de manera formal por una constructora bajo la supervisión de un experto o mediante la auto-construcción, y que pueden tener una instalación eléctrica fuera del cumplimiento normativo. Una de las principales razones es la asignación de costos mínimos aplicados al proyecto, lo que se traduce en un diseño incorrecto y en la mala calidad de los materiales, sean estos ilegales o que no cuenten con certificación nacional para su uso seguro. Lo anterior, junto con la antigüedad de las instalaciones en el caso de viviendas ya existentes, suman una o varias condiciones de riesgo.
No contar con los criterios de seguridad acorde al diseño y construcción de las viviendas, conforme a las Normas Oficiales Mexicanas, puede provocar accidentes, aunado a que el usuario haga un uso incorrecto de la instalación al sobrecargarla con demasiados aparatos eléctricos.
Plan de Revisión y Monitoreo de Instalaciones Eléctricas en Vivienda
El Programa Casa Segura® del 2013 al 2017 implementó un programa piloto llamado “Plan de Revisión y Monitoreo de Instalaciones Eléctricas en Vivienda”, en 5 municipios del país con el apoyo de los gobiernos locales, en donde se revisaron 22 mil viviendas y sólo el 13% tuvieron instalaciones eléctricas seguras. La revisión periódica no sólo en vivienda, también en inmuebles utilizados para comercios pequeños, se vuelve necesaria y urgente, para poder mitigar los accidentes que día con día enfrentan los usuarios. Además, la vivienda debería estar diseñada pensada en el futuro, en el avance tecnológico y las necesidades y seguridad de conexión de los usuarios a 20 años, es decir, actualmente la oferta de vivienda en México no visualiza el trabajo en casa mejor conocido como home office, el Internet de las Cosas y la electromovilidad, necesidades que hoy ya están presentes en algunos sectores de la población.
El ingeniero Enrique Gutiérrez Hernández, subdirector de Promoción de la Normatividad en Seguridad y Salud en el Trabajo, de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), nos comparte que en la Ley Federal sobre Metrología y Normalización, la Ley de Servicio Público de Energía Eléctrica, el Reglamento de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, la Norma Oficial Mexicana NOM-001-SEDE y las NOM-029-STPS-2011 y NOM-002-STPS, se encuentra el andamiaje jurídico para cumplir con instalaciones seguras, tanto en el ámbito residencial como en el comercial o el industrial.
En ellas se contemplan las correspondientes obligaciones para los sujetos encargados de realizar revisiones a las instalaciones eléctricas, inclusive cuando se trata de instalaciones de centros de trabajo que se dedican al comercio, a la industria o a la prestación de servicios, con trabajadores cuya capacitación y adiestramiento han sido comprobados en términos de la legislación vigente o por medio de un proceso de certificación, para intervenir en el diseño, cálculo, construcción o mantenimiento de una determinada instalación eléctrica.
El ing. Gutiérrez señala que lo primero que debemos aceptar es que el mundo se mueve a través de reglas, es decir, normas que debemos conocer y cumplir. “Cuando viajamos a otros países nos damos cuenta que nadie mueve un tornillo si no sabe hacerlo o se encuentra certificado para ello ¿y nosotros? Nosotros sabemos de todo, si no tenemos el desarmador, vemos si un clip nos sirve”. Apunta que se trata de una cuestión de cultura, pero que a pesar de ello, sí es posible que los Estándares de Competencia (EC) se cumplan.
Sostiene que por desgracia en la industria de la construcción pudieran existir eventuales problemas debido a que el diseño de las edificaciones se proyectan de una manera, con un presupuesto y condiciones particulares en el uso de materiales, y que cuando se levantan éstas ya no se respetan los cálculos, la calidad o las especificaciones de los materiales, lo que se traduce en ocasionales riesgos de diferente naturaleza.
Por ejemplo, “en lugar de meterle cuatro varillas a una trabe le colocan sólo tres, y en lugar de que sean de una pulgada, deciden que sean de ¾, entonces la estimación inicial no se cumple”; o cuando en las instalaciones eléctricas los conductores deben ser de ciertos calibres, con equipos y materiales de características específicas, y éstos son disminuidos y en consecuencia se tienen calentamientos en los conductores y propensión de incendios. Por lo anterior es necesario hacer una revisión de las instalaciones eléctricas, con el propósito de detectar a tiempo los riesgos al usuario y que esto también pueda coadyuvar con datos, ante agentes naturales o situaciones de emergencia como los sismos.
“La STPS, en materia de seguridad y salud en el trabajo, a través de la emisión de normas oficiales mexicanas pretende que los empleadores y trabajadores sean conscientes de la importancia de realizar un análisis de riesgos de las actividades de sus trabajadores, y con base en ellos instrumenten condiciones de seguridad y planes de atención para atender posibles contingencias”. El conocimiento que un trabajador adquiere en materia de prevención de riesgos por el manejo de la energía eléctrica en su centro laboral, a través de la capacitación que le proporciona el patrón, debería de aplicarlo en su hogar, revisando sus instalaciones eléctricas y evitar sobrecargarlas, y darles el mantenimiento preventivo que requieran cambiando las partes que se encuentren envejecidas por el uso o por el tiempo.
Por todo lo anterior, el Programa Casa Segura® invita al diálogo para crear acciones a corto y mediano plazo que nos permitan implementar una política integral, en la que instituciones de gobierno, iniciativa privada y la sociedad, sean verdaderos agentes de cambio que conduzcan hacia una transformación provista de eficiencia eléctrica para cada vivienda y seguridad para sus ocupantes.
Excelente exposición de seguridad en materia eléctrica.
Un gusto tenerte como nuestro lector Efrén. Saludos.
Bien