[cap]Mi trabajo me permite, la mayoría de las veces, disfrutar de la brisa del mar, el romper de las olas, ya que el entorno de las viviendas es perfecto. Actualmente, con mi equipo, le damos mantenimiento a varios departamentos de un fraccionamiento de 14 edificios, su vista es genial, puedes ver muchas aves; es un gusto trabajar aquí en Acapulco.[/cap]
Además de la electricidad me apasionan las motos. En una zona que se llama Barra Vieja, donde se une la laguna y el mar, se puede hacer un recorrido padrísimo, tiene una vista impresionante. Viajar de aquí a Zihuatanejo en moto también me gusta, porque vas en toda la costa. Mi primera experiencia en moto fue en una motoneta, de aquí a Cuernavaca y me gustó.
Mis inicios
El gusto por la electricidad me empezó desde casa, cuando veía fallas quería repararlas; fueron mis primeros toques. Después estudié electricidad en el CECATI, luego busqué a personas que tenían experiencia y les decía que me dejaran ayudarles. Al principio no aceptaban porque no tenían dinero para pagarme, pero les decía que no importaba, que lo que quería era aprender. Empecé entonces sin sueldo, todo con tal de aprender. Al principio es pesado, porque no te ponen precisamente a conectar, te ponen a hacer ranuras. Les insistía en conectar hasta que me enseñaban, así fui adquiriendo conocimiento.
No puedo decir que lo sé todo, porque siempre hay innovaciones y debemos estar al día, pero no me quejo.
Mis anécdotas
Los riesgos en este trabajo siempre están. En una ocasión, en una plaza comercial, se volaron las líneas de las acometidas, hubo corto, pedimos entonces a CFE que desconectara del transformador, después de que lo hicieron comencé a sacar los conductores pero uno de ellos se atoró, estaba jalándolos cerca de los medidores, me quité el guante, metí la mano para jalar el cable, pero resulta que una línea estaba conectada. El que jaló tocó con la línea energizada y que hace explosión, gracias a Dios estaba el muro, pero quedó mi mano adentro y me quemó, me quedó toda negra.
Trabajos importantes he tenido muchos, de hecho todos lo son. Algo que me gusta es cuando me habla el cliente y me dice que le hicieron mal un trabajo y te pide resolverlo, entonces voy, reviso, busco y resuelvo el problema, aprendo más y el cliente queda satisfecho. Me refiero a residencias que son automatizadas y los clientes exigentes, debes dejar todo bien y la estética es muy importante. Al final ven el trabajo, te dicen: “Oye quedó excelente, ahora ve con mi vecino, cuñado, hermanos, amigos que también tienen un problema”; ellos te recomiendan y reconocen de esa manera, eso me ha ayudado a que el trabajo no falte.
Mi conexión con Eléctrica
Conocí a la revista Eléctrica en una tienda de material aquí en la ciudad, la tenían en el mostrador, me gustó mucho; las innovaciones en tecnologías es lo que me gusta más. Como recomendación podrían mejorar los chistes o incluir anécdotas graciosas de nosotros mismos y tal vez plasmarlas en caricaturas, algo así.
Mis consejos
Creo que debemos hacer nuestro trabajo con ética, pues la vida de las personas y los equipos están en nuestras manos. Por ejemplo, una persona compra una pantalla de 60 pulgadas, esta persona hizo un esfuerzo por comprarla, tal vez tuvo que ahorrar y si el electricista hizo una mala instalación, pues hasta ahí llegó su pantalla, por eso digo que es nuestra responsabilidad que las instalaciones protejan a los equipos y a las personas. Hay que ponerle interés al trabajo y hacerlo con amor.
Hace unos días le entregué una cotización a un cliente, me había dicho que sólo quería la mano de obra y los materiales él los compraba. Le di la lista, la revisó y me dijo: “Y si compramos este otro material que es más barato”. Entonces le respondí: “Es mi responsabilidad hacer un buen trabajo cuidando sus aparatos eléctricos y su vida incluso, si usted quiere comprar otros materiales adelante, es su responsabilidad, pero entonces yo no le garantizo mi trabajo”. Dejar esto en claro siempre es muy recomendable.
Entrevista y fotos por ing. Erick Ledesma
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