Información proporcionada por la Secretaría de Turismo del Estado de Guerrero
Ubicado en la Región Montaña del Estado de Guerrero, a dos horas y media de Chilpancingo, colindando con el Estado de Puebla, Olinalá (que en náhuatl significa lugar de terremotos) toma su nombre a partir de la abundancia de árboles de lináloe, una fragante madera de color blanco que le da ese aroma único y distintivo a las conocidas “cajitas”.
Es uno de los pocos lugares en el mundo que pueden englobar toda su belleza, tradición, bagaje y herencia en un trabajo artesanal legendario que se hereda a partir del sincretismo que México vivió después de la colonización española y el intercambio cultural con oriente y Europa en general. El “arte maqueado”, conocido popularmente con el nombre de laca, por la semejanza en su brillo y su textura con los objetos provenientes de oriente en el Galeón de Manila, representa mundialmente no sólo a Guerrero sino a México.
Siendo un municipio de sencillez urbana y con gran parte de zona rural, su aislamiento ha sido un factor determinante para la conservación de su patrimonio cultural. Octubre es un buen mes para visitar Olinalá, ya que en sus primeros días se llevan a cabo las festividades a San Francisco de Asís, santo patrono de la comunidad y quien le da nombre a su iglesia principal que por sí misma vale la pena visitar por el laborioso decorado con paneles de laca y en cuyo atrio se encuentra el único árbol de lináloe en el pueblo.
Labor Artística
El trabajo de laqueado no se limita sólo a la elaboración de baúles y arcones sino a mobiliario en general y todo elemento decorativo propio donde pueda hacerse referencia al rayado, pinceleado o punteado en alto y bajo relieve; así como las referencias a figuras fantásticas de la naturaleza como flores y animales multicolores, donde bajo infinita creatividad han llegado a implementar variaciones con elementos como incrustaciones de hoja de oro o plata que elevan su valor económico y exaltan su belleza única al grado de arte. El multilaureado: maestro Francisco Coronel es el máximo representante de este trabajo.
La elaboración de estos objetos requiere de un proceso de producción muy largo, complicado y de alto valor estético; se lleva a cabo bajo la tradición y el uso de elementos naturales como piedras calizas, tierras, colorantes naturales y aceites como la chía; así también los pinceles son hechos con materiales naturales como el pelo de gato, plumas de gallina o en su defecto espinas de huizache o maguey.
El diseño o “dibujo” como comúnmente se le llama, dependerá de la técnica artesanal bajo la que sea elaborado: dorado (combina aplicación directa de color y acabado con hoja de oro), rayado (se aplica segunda capa de color y se raspa con espina de huizache), vaciado (similar al “rayado” se desprende todo el contorno del dibujo con espina de huizache), punteado (una vez rayado el dibujo sobre la segunda capa de laca, las figuras son contorneadas con contrastes de color con finos puntos).
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