Por Psicóloga Andrea Velasco Casazza
Sabemos que el proceso de atravesar un divorcio es complicado, más si este implica hijos. No existe una manera fácil de darles esta noticia, pero prepararte para ello es crucial. A continuación, te presentamos varios elementos para ayudarte a ser más asertivo y tener cierto control sobre la situación.
1. Mantén los conflictos, peleas y discusiones acaloradas, así como los comentarios sobre los aspectos legales del divorcio, fuera de casa.
2. Aún cuando sientas enojo hacia tu ex pareja, intenta no
criticarla o despreciarla o echarle la culpa delante de tus hijos.
Tu espacio de expresión debe ser en conversaciones con
amigos o en sesiones de terapia.
3. La mayoría de los adultos que atraviesan un proceso de
separación y divorcio necesitan apoyo de amigos, profesionales
de la salud mental, religiosos o parientes. No busques apoyo
en tu hijo, incluso aunque esté dispuesto a ofrecértelo.
4. Cada persona reacciona de diferente manera ante una
situación de crisis, por lo que debes de estar preparado para
enfrentar los sentimientos de culpa, enojo, frustración, tristeza
y miedo en tus hijos.
5. La mayoría de los niños se sienten culpables del divorcio, por lo cual debes de asegurarte de transmitir un mensaje fundamental: “Lo que ha ocurrido es un asunto únicamente entre mamá y papá, él no es en absoluto culpable de lo ocurrido”. Esta afirmación debe ser repetida y clara, para tranquilizar a tu hijo, sin importar la edad que tenga.
6. La conversación sobre el divorcio debe adaptarse a la edad, grado de madurez y temperamento del niño. Si tu hijo es muy pequeño, lo mejor es explicárselo con palabras sencillas.
7. A veces, el estrés se manifiesta de otras formas: en los estudios, con los amigos, en los cambios de apetito, en la forma de comportarse o en los patrones de sueño, es importante estar pendiente de ello.
8. Intenta modificar al mínimo las rutinas cotidianas del niño.
Recuerda que de las crisis también se aprenden cosas valiosas y, a pesar de todos los inconvenientes de la separación, ésta es una oportunidad de crecimiento para ti y para tus hijos, pues en un futuro estarán más preparados para afrontar los cambios que les traiga la vida, volviéndose más flexibles, adaptables y tolerantes.
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