Por Lic. Edgar Hernández
La iluminación ha jugado un papel fundamental en la vida del ser humano. Desde los primeros pasos que dio el hombre en la tierra, siempre buscó un lugar donde refugiarse de los peligros y las inclemencias del clima; de esta manera encontró en las cuevas un lugar adecuado en el que se sentía seguro y protegido.
Una vez llegada la noche y con la ausencia de la luz natural, el hombre buscó la manera de iluminar estos espacios; el fuego fue la primera fuente de luz que utilizó para crear un ambiente confortable y seguro.
Posteriormente, empezó a utilizar otros métodos para sustituir la ausencia de luz, fue entonces cuando aparecieron las primeras lámparas a base de aceite, seguidas de las lámparas de gas hasta llegar a la actualidad en donde la tecnología LED ha resultado ser una fuente de luz con una alta eficiencia luminosa por excelencia.
CREADORA DE ESTADOS DE ÁNIMO
La luz tiene la capacidad de modificar o bien alterar el estado de ánimo de las personas; una fuente de luz con temperatura de color cálida (2 700 K) es capaz de producir una atmósfera relajada, íntima y personal, esto propicia el descanso y confort del ocupante, mientras que una luz con temperatura de color fría propicia la productividad y el trabajo.
Cuando se desarrolla un plan de iluminación para el hogar, se deben observar con atención todos los espacios y características de la decoración; es importante saber qué actividad y tareas se realizarán en cada uno de estos espacios. En el caso específico de una habitación, el principal objetivo es buscar un ambiente de relajación y confort para el ocupante.
Para crear diferentes escenas dentro de una habitación es importante colocar un interruptor o control de atenuación por cada fuente de luz, de esta manera se podrán controlar y jugar con distintos efectos de la luz.
La correcta selección de una fuente de luz para una recámara o lugar de descanso es optar por una temperatura de color suave y cálida; es ideal utilizar distintos tipos de iluminación complementándolos con luminarios decorativos y sistemas inteligentes como lo son sensores de movimiento, controles de atenuación y sobre todo apoyarse con la aportación de luz natural; la riqueza que aporta la luz natural a la arquitectura y al confort visual es importante, y siempre debe de estar presente en una habitación.
Los tipos de iluminación recomendados para una habitación son:
Iluminación indirecta:
Se instala la fuente de luz oculta detrás de un reborde, provocando que la luz viaje de manera indirecta sobre una superficie. Esta instalación debe realizarse en lugares estratégicos donde el ocupante no sea capaz de ver la fuente de luz pero sí de percibirla; la luz crea un efecto decorativo y de espacio, además de bañar muros y techos, también es capaz de delimitar un perímetro definido. Para esta aplicación es imprescindible usar pinturas de colores blancos con el fin de generar una reflectancia elevada.
Iluminación general:
Se considera luz general cuando las fuentes de luz están colocadas en el techo y su flujo luminoso se encuentra dirigido al suelo. La iluminación general busca niveles de iluminación homogéneos, sin sombras ni deslumbramientos. El abuso de la iluminación general da un aspecto monótono y sin relieve en los objetos de la habitación; es recomendable apoyarse de una luz de tarea o decorativa.
Iluminación de acento:
La iluminación de acento o direccional ayuda a sacar del entorno ciertos objetos a los que se busca dar un realce o remate visual. Se puede apoyar de esta aplicación para combinar temperaturas de color. Es importante tener cuidado para evitar generar sombras innecesarias.
Una buena iluminación resalta todos aquellos detalles arquitectónicos que sin duda son protagonistas y juegan un papel importante en el diseño de una habitación, como lo son: ventanas, muros, texturas, pequeños perfiles e incluso muebles, acabados y piso.
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