Información y fotos proporcionadas por la Subsecretaría de Turismo de Coahuila.
Inspirado en la tilma prehispánica, un rectángulo de dos lienzos unidos por el centro con un nudo al frente o al lado, influenciado por las mantas españolas de diversas provincias como la jerezana, la aragonesa y la toledana, así como por diseños arabescos y posiblemente peruanos, el sarape habría de convertirse en el tejido más excelso y emblemático, desde el Virreinato hasta la década de 1940.
Gracias a los testimonios de viajeros de la época colonial y a las litografías y cuadros del siglo XIX, queda claro que fue adoptado por todos los estratos, tanto por criollos como por castas, y después de la Independencia, por los mestizos y los charros.
En un inicio la prenda se conocía como “frezada” o “frazada”; para el siglo XVII surgiría el término de “sarape” en la provincia de la Nueva Vizcaya (actualmente Zacatecas, Chihuahua y el sur de Coahuila); a inicios del siglo XIX, lo encontramos como “jorongo”. Sin embargo, aún existen muchos enigmas en torno a su origen y evolución.
La búsqueda de referentes de identidad novohispana a partir del siglo XVII llevó a escritores y artistas criollos a revalorar e idealizar la Conquista; enaltecieron en sus obras a los nobles aztecas y tlaxcaltecas, y los vistieron con ricas tilmas, símbolo de la grandeza de su tierra.
Esto se relacionó con la política española de colonización y pacificación de la Gran Chichimeca, ya que tal hecho produjo la diáspora tlaxcalteca, en la que hubo excelsos tejedores y tejedoras, además de algunos otomíes que fueron enviados como maestros oficiales. El establecimiento de obrajes en las haciendas y estancias de ganado lanar en la Nueva Vizcaya, Coahuila misma, el Nuevo Reino de León y Nueva Santander (hoy Tamaulipas) vendrían a constituir otra fuente de inspiración. La fama del sarape iría en ascenso y se asociaría a la feria de Saltillo, aún cuando no estaba claro dónde lo elaboraban.
Del siglo XVII hasta la época de Independencia existieron noticias de la elaboración de la prenda en San Miguel el Grande (hoy de Allende), haciendas de la Nueva Vizcaya (en Zacatecas), San Francisco de los Patos (hoy General Cepeda, Coahuila) además en Coahuila, el Nuevo Reino de León y Nueva Santander, donde eran realizados por mujeres de origen tlaxcalteca.
En la actualidad se han encontrado referentes a fábricas y talleres posteriores a 1840 que elaboraban sarapes en Jalisco, Durango, Zacatecas, Saltillo, San Luis Potosí y Aguascalientes.
Para el último cuarto de siglo XIX y a principios del XX son reconocidos como sarapes algunos tejidos de Tlaxcala, Texcoco y Oaxaca.
Museo del Sarape
En su interior se encuentra una colección de bellos sarapes que además de mostrar colorido y dar cuenta de la destreza de los artesanos, guardan historias de gran valor para el mexicano. Dirección: Allende 160 Sur Zona Centro. Saltillo, Coahuila.
Conoce al sarapero más reconocido de Saltillo (Jerónimo Luna Sandoval)
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