Por: Lic. Carla Rodríguez
Fotografía: Ayuntamiento de Santa Clara del Cobre
Ubicada en el municipio de Salvador Escalante en el estado de Michoacán, la localidad de Santa Clara del Cobre se caracteriza por la creatividad y ardua labor de sus artesanos al trabajar con el cobre, haciendo objetos como cazos, sartenes, ollas, cubetas e incluso esculturas.
Un poco de historia
Desde la época prehispánica, los purépechas desarrollaron sus habilidades para manejar metales como el bronce, oro y el cobre en la elaboración de armas. Con la llegada de los españoles, se combinaron las técnicas de ambas culturas, realizando adornos como cascabeles y aretes.
Santa Clara fue re fundada por Fray Martín de la Coruña en 1532, aunque esto se le atribuye a Vasco de Quiroga, pues al llegar éste terminó con la barbarie contra los indígenas y mejoró las técnicas artesanales de la orfebrería.
Labor artesanal
Hacer artesanías de cobre requiere de mucho tiempo y esfuerzo. Dependiendo del tamaño o terminado de una pieza, puede tardar desde cinco días hasta un mes. Su proceso pasa por cuatro etapas: fundición, solidificación, extensión y ahondamiento.
En la primera se juntan los desperdicios de alambre de cobre en un molde llamado cendrada, colocándose sobre una hoguera donde arde madera de pino y encino, hasta fundir el cobre, convirtiéndose en una plancha.
Luego de esto, se saca del fuego y se deja enfriar hasta que se solidifique. En esta etapa se coloca la plancha en un yunque y se golpea constantemente con un cincel grande conocido como tajadera, para hacer un corte en cruz, obteniendo cuatro secciones iguales, denominadas tejo. Este fragmento se calienta y martilla de manera alterna para darle un aspecto cuadrado y luego circular.
Los 200 talleres de la localidad generan alrededor de 70 millones de pesos anuales por la venta local y exportación de las artesanías.
Posteriormente, durante la extensión, entre 8 y 12 artesanos se dedican a martillar el tejo para aplanarlo. Una y otra vez se calienta y golpea, hasta que alcance el diámetro deseado.
Finalmente, en el ahondamiento se le da forma a la pieza, nuevamente calentando y golpeando. Una vez que ha sido forjada, se calienta y se introduce en agua. Los últimos martillazos le dan mayor fortaleza. Para darle el color rojizo característico, se lava con una mezcla de madera seca sin resina, agua y cisco. Se calienta por última vez y se vuelve a introducir en agua; después se limpia con una lija fina, agua y jabón. Como toque final se recubre con laca transparente.
Museo del cobre
El Museo muestra la historia del lugar a través de fotos. Hay exposiciones permanentes de objetos de cobre elaborados por los abuelos tarascos, incluso guarda piezas ganadoras de exposiciones como el Concurso del Cobre Martillado.
Casa del Artesano
Formada en 1973 por artesanos y con el apoyo de la Secretaría de Educación Pública y del Fondo Nacional para las Artesanías, esta escuela enseña el oficio a niños y jóvenes interesados. Desde su fundación, han egresado 174 alumnos.
Templo de Nuestra Señora del Sagrario
Esta iglesia está dedicada a Santa Clara de Asís, patrona de los artesanos. El interior del lugar
está adornado con candelabros y milpas de maíz hechos de cobre en las columnas frontales.
Platillos típicos
La sopa tarasca, pescado capeado estilo Michoacán, borrego relleno y carnitas son los platillos que no te puedes perder si vas de visita a este lugar y si das un paseo por la plaza principal, podrás disfrutar de las tortas de tostada.
Conoce paso a paso la elaboración de las artesanías de cobre. goo.gl/Xhf6I6
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